La propuesta con carácter normativo de un nuevo instrumento de planificación para los centros educativos puede convertirse fácilmente en una carga burocrática más que añadir a otras ya existentes. Si tenemos en cuenta, además, la inseguridad que origina el proceso de elaboración de un instrumento que es novedoso, al menos en sus aspectos formales, no es exagerado pensar que aquello que es solamente un medio tienda a convertirse en un fin en sí mismo; y, consecuentemente, que los aspectos formales de su elaboración sean lo prioritario.
En estos momentos nos encontramos ya con alguno…