Hace ya algunos años que sabemos que acompañar a las familias es de suma importancia, no solo para que tengan una actitud favorable y colaborativa con la escuela, sino también para orientarlas en educar a sus hijos sintiéndose capaces y dignas de esta tarea. Para que las familias se sientan fortalecidas, hay que saber acompañarlas desde lo que son, desde lo que pueden ofrecer, y no desde un ideal de padre o madre que se ha de conseguir.