El aprendizaje en el aula no surge de la instrucción, sino que los niños y niñas, a partir de su intersubjetividad dentro del espacio del aula, descubren lo que son capaces de hacer para convertirse en competentes en la resolución de tareas. Así pues, para poder aprender, e inspirándonos en las tesis de Bowlby sobre el desarrollo infantil, podemos afirmar que hay que crear un contexto de aula que actúe como base segura para que los niños y niñas puedan explorar sus capacidades y limitaciones.