Esta es una reflexión sobre el papel del ejercicio físico consciente en nuestro bienestar personal y social, y sobre la capacidad introyectiva o de autoconocimiento que todos tenemos. Una capacidad que es posible desarrollar y entrenar; tan solo requiere silencio y escucha, la percepción del aquí y ahora, sin emitir juicios, sintiendo. Se trata del cultivo de la autoatención a través de la práctica motriz y el bienestar holístico que esto comporta.