Tal como dice Josep-Manel Vega, «hay que entender el trabajo con instrumentos musicales como un proceso. Solo una metodología que desarrolle la motivación, la voluntad de servicio, el sentido de grupo y el entusiasmo revertirá directamente en la calidad del resultado final. Todo el mundo ha de tener, y “sentir” que tiene, la posibilidad de encontrar su sitio».