Sucedió hace 7 u 8 años, yo tenía 57. Era el periodo de acogida y me encontraba en el grupo de caminantes apoyando a las educadoras. Había presencia de familias en el aula. Estaba sentada a la altura de las niñas y los niños en una tarima de 15 cm y cuando fui a incorporarme, una mamá moldava se acercó para ayudarme. Le dije que muchas gracias, que podía hacerlo sola, no hacía falta, estaba acostumbrada, o algo por el estilo. La escena se repitió cuatro veces mientras estuve allí. Tal vez era una respuesta cultural al encontrarse frente a una persona mayor que ella, pero a mí me dio que pen…