Las últimas tendencias para la enseñanza de la lengua escrita llaman la atención hacia el proceso de escritura más que hacia el resultado final de éste. En este sentido, Cassany (1990) señala que no es suficiente con tener buenos conocimientos de gramática o con dominar el uso de la lengua, sino que también es necesario dominar el proceso de composición de textos: saber generar ideas, hacer esquemas, revisar un borrador, corregir, reformular un texto, etc. Por tanto, el objetivo actual consiste en seguir todos los pasos por los que discurre la tarea del escritor desde la gestación…