Recientemente, he vuelto a leer un artículo que había publicado hace ya algunos años (Abelló, 2003) y que podría suscribir completamente en la actualidad. Entonces, era la LOCE la que provocaba gran revuelo, y constatábamos que la educación para la ciudadanía daba un giro conservador. Se imponía la asignatura de religión, o la alternativa de sociedad, cultura y religión. Ahora, es la LOMCE la que vuelve a las viejas formas y tradiciones como exigencia ideológica de un Gobierno del Estado.