En el mundo de imágenes en el que estamos inmersos, la escritura en la escuela se hace más necesaria que nunca. Escribir para descubrir, escribir para comunicar, para compartir. Escribir para vivir. Por eso relacionar lo que se escribe con la cotidianidad del alumnado es fundamental para desarrollar el gusto por transformar lo que uno piensa en un texto para ser compartido.