En este capítulo se apunta la necesidad de reflexionar acerca de los efectos colaterales de la guerra, que en ocasiones son centrales. En el caso de la GCE, esto está bastante claro: puntualmente en el bando republicano y sistemáticamente en el bando franquista, que puso especial empeño, durante decenios, en aniquilar a sus enemigos políticos para evitar cualquier posibilidad de reorganización de la democracia. La represión no fue una anécdota, pues la destrucción implacable del enemigo definió la victoria de Franco y sus secuelas. Al respecto, en este capítulo se reflexiona en torno a las …