Malos tiempos para los artistas
Corren malos tiempos para los artistas, sobre todo para nuestros pequeños grandes artistas. Por si eran poco la caja tonta y las videoconsolas, los “papis”, siempre con la mejor intención, los matriculan en clases de inglés y de taekuondo para rellenar las horas de su corta vida, privándolos de su compañía y de la de sus abuelos. Y encima va la LOE y los remata. Sin miramientos, a sangre fría: las horas de expresión artística se reducen (¿o acaso dudabais de la capacidad de nuestros dirigentes para menguar aún más esas sesiones dedicadas a que nues…
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