El diálogo, como método, exige un aprendizaje. Aprender a dialogar conlleva un entrenamiento en los diversos procedimientos dialógicos, pero el diálogo también es una finalidad moral. En este sentido, el alumnado no solo debe dominarlo como método, sino también adquirir convicciones profundas relativas a su valor y los hábitos para usarlo de manera recurrente en situaciones controvertidas. En este capítulo se presentan los elementos que intervienen en el proceso dialógico y su repercusión en la formación de la autonomía moral y la regulación de la vida colectiva a través de las asambleas de…