La aportación más relevante de este siglo ha sido, sin lugar a dudas, la aceptación más o menos sincera de los valores democráticos. Por el contrario, en estos cien años hemos podido ver que la educación ha pasado de ser concebida como el medio para la transformación social a una situación de escepticismo y notable indefinición sobre su valor y sentido.
La situación de un mundo en que la democracia todavía es más un deseo que una realidad, el debate sobre las posibilidades de dar una repuesta cierta al papel de los sistemas educativos, no deja de ser un sarcasmo y representa el …