La educación no puede estar al margen de todo lo que nos rodea, de este mundo globalizado. En nuestra forma de enseñar, hay que incorporar esa realidad, esa globalidad; por tanto, hay que intentar trabajar con el mayor número posible de modelos y metodologías activas, siempre buscando la interacción y la filtración entre ellos para mejorar nuestra práctica docente.