Esta experiencia conformó toda una propuesta de acercamiento al niño desde el amor, y que bauticé inicialmente con el nombre de “eropedagogía”.
Cuando una experiencia trasciende los parámetros meramente técnicos, metodológicos o procedimentales, se torna difícilmente expresable. Cuando uno decide afrontar esa dificultad, tiene que decidir, al mismo tiempo, qué es lo que va a referir de ella y cómo va a comunicarlo. Pues bien, las palabras que siguen no son sino la transcripción de un palpitar que quiere hacerse oír.
No fue tanto un trabajo como un regalo; no un aplicar lo que sab…