Este capítulo se aleja de la idea común de que, al dar un poco más de tiempo a los alumnos y alumnas con dificultades, se restablecerá una cierta forma de igualdad. A menos que dupliquemos el tiempo dedicado al estudio, lo cual es obviamente imposible, ampliar las horas, las semanas o los años no es una solución a la altura del reto de la desigualdad. Por lo tanto, hay que encontrar nuevas formas de optimizar las situaciones y condiciones de aprendizaje, gestionando estratégicamente el tiempo restante hasta el final de un año, de un ciclo de aprendizaje o de la escolarización obligatoria. A…