La educación de las nuevas generaciones siempre responde al contexto histórico que nos ha tocado vivir. La vida nos empuja hacia delante; es un movimiento que no se detiene, se transforma. Sus latidos se manifiestan a veces de formas incomprensibles a la mente humana.
Así pues, es necesario que nos preguntemos qué es lo esencial que hay que aprender en nuestro tiempo.