Para proyectar otra escuela hay que partir de los sueños. De esos sueños que arrastran desde las realidades más burdas a las utopías más sonrientes.
Y una utopía, según dice Eduardo Galeano, para lo que sirve es para caminar.
Mi propuesta es que, ya sea hablando de pájaros, de bebés o de monstruos, nos atrevamos, por fin, a proyectar otra escuela, dejándonos llevar de la mano por los propios niños, porque ellos sí saben lo que es darle la palabra a los deseos y ponerlos a caminar.
Esta mañana, Yara me ha dicho con gesto emocionado:
-¿Sabes que a Miguel le gusta ponerse el pelo po…