A pesar de impregnar nuestra sociedad, las TIC no han entrado en las clases de matemáticas. Su presencia y su uso cotidiano en nuestras aulas propiciarían una profunda transformación, no solo en la forma de enseñar y en la forma de aprender, sino también en los contenidos. Las TIC permiten convertir las clases en un laboratorio para «hacer matemáticas» en clase. Introducir verdaderas actividades de investigación para los alumnos es el camino a seguir.