Este capítulo tiene como objetivo servir de punto de partida de aquellas directrices que puedan marcar el futuro de la escuela rural de nuestro entorno inmediato, obtenidas a partir de procesos de investigación sobre experiencias de éxito en la escuela rural, así como de la evaluación de aquellas prácticas innovadoras dirigidas hacia una educación de calidad en un marco de equidad. Directrices que hemos convertido en retos que nos ayuden a definir un nuevo modelo de escuela rural para el siglo XXI.