Me gustaría, no obstante, centrar la mirada en unos dibujos que suelen ser muy frecuentes en la escuela, ya que nosotros -los maestros y las maestras- somos sus principales promotores, tanto por el valor pedagógico como cognitivo que se les ha atribuido. Me refiero al conjunto de dibujos que proponemos a los niños después de haber vivido alguna experiencia que, a nuestro juicio, creemos relevante. Estos dibujos se convierten entonces en auténticas memorias, en fragmentos de recuerdos como aquellos que conservamos en un cuaderno de viaje para recordar lo que hemos vivido con mayor inten…