Para educar a los niños y niñas hay que dar lugar a la expresión de las emociones, pues constituyen la base afectiva de los seres humanos. Por este motivo, las emociones han de ser una práctica pedagógica de carácter transversal, y hay que ponerlas en valor en todo momento en la escuela. En este artículo encontraréis la propuesta de intervención en el día a día y una conclusión sobre los primeros resultados de este trabajo en nuestra escuela.