El tiempo dedicado a la contemplación de los diversos programas y cadenas televisivas es hoy parte importante (y, en muchas ocasiones, exclusiva) de los hábitos de ocio de cualquier ciudadano o ciudadana, casi a cualquier edad y, como comenta Eco (1965), con cierta independencia del nivel cultural o la clase social. De los muchos datos que apuntan a la cada vez mayor dedicación al consumo televisivo, nos remitimos a los que ofrece loan Ferrés (1 994: 1 10-1 12): la media de consumo de los adultos supera las tres horas diarias ante el televisor, y la dedicación de un alumno de EGB a la …