La mayoría de las decisiones sobre mejora e innovación se toman con base en pruebas de resultados de aprendizaje. Sin embargo, estas no proporcionan datos sobre las causas que arrojan estos resultados. Una forma de proceder con mayor fundamento es analizar la práctica educativa de forma consistente, sistemática y colectiva mediante un autodiagnóstico, para obtener datos sobre la práctica y su correlación con el aprendizaje que se quiere conseguir.