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Ir al colegio, ¿para qué? Para jugar a pensar, ¡claro!

¿Aprender a pensar en el parvulario?

Esa pregunta puede estar pasando por la cabeza del lector o lectora. ¿Cómo puede ser eso?

– Hummm, ¿será que se puede filosofar a los cuatro años? – pensarán los más críticos.

El mes de septiembre del 1998, cuando se preguntó a niños de 4 y 5 años del colegio Pitágoras Pampulha, de Belo Horizonte (Brasil), si jugaban a pensar y cómo lo hacían, algunas respuestas fueron:

– Yo juego a pensar en el parque, cuando me columpio, y mi pensamiento hace lo mismo que yo, imagina de acá para allá, de allá para acá.

– Yo juego pensando cuando hago cast…

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