Empujar al alumnado escribir es ayudarlo a pensar, a recordar momentos que tal vez tenía olvidados, a imaginar personajes y situaciones, y a vivir de una manera más reflexiva, emocionante e intensa. Hacer deslizar el lápiz sobre el papel es muy económico, y además cualquier momento es bueno para dejar volar la imaginación. Las vacaciones también.