Todo empezó cuando un láser se encendió accidentalmente en clase al mismo tiempo que alguien borraba la pizarra. Los alumnos y alumnas comenzaron a discutir por qué podían ver el rayo a través de la nube de polvo y no cuando señalaba hacia otro lado. Y Jordi Domènech, su profesor, descubrió que nunca los había visto tan implicados en una actividad de aula. Lo que los movía era el conflicto de lo que no entendían, el problema. Y ahora, eso es lo que busca con el trabajo por proyectos: hacer que el alumnado aprenda para resolver un problema. Un aprendizaje a dos bandas: competencial y de cont…