«Hacer de maestro en una prisión es igual que hacer de maestro en el aula. La diferencia reside en el espacio donde se lleva a cabo, que no es una escuela. El currículo es igual que el del Departamento de Enseñanza. Trabajamos la lengua, la informática, etc. Los alumnos son adultos entre 20 y 70 años y, como en todas partes, los hay que tienen ganas de aprender…»