A partir del desarrollo tecnológico surgido a fines del siglo pasado, las realizaciones audiovisuales dieron un giro estético significativo. La combinación de diversos lenguajes en un producto artístico implicaría la fusión de unos en otros para constituir un nuevo lenguaje integrado. Michel Chion definió este concepto como audiovisión al afirmar que el sonido y la imagen integrados producen en el perceptor un contrato, una «ilusión audiovisual».