El análisis de la interioridad pasa por ser autoconscientes de la propia mente y de los procesos cerebrales que la generan. Datos neurocientíficos indican que uno de los puntos clave es el control voluntario de la reflexividad atencional, que nos permite hacernos conscientes de manera voluntaria y dirigida, y que la manera más eficiente de transmitirlo es a través del ejemplo, practicando regularmente el análisis de la propia interioridad.