En tiempos de ruido y de contaminación sonora reivindicamos el valor de la palabra y el silencio en el proceso educativo musical. Acertijos, adivinanzas, cantilenas, retahílas, refranes y trabalenguas nos permiten trabajar la educación musical. En este artículo se recogen propuestas a partir de la vocalización de un trabalenguas concreto como ejemplo.