Los principios básicos recogidos en la Carta de Ciudades Educadoras partían del convencimiento de que el desarrollo de sus habitantes no puede dejarse al azar. La Carta fue revisada en el III Congreso Internacional (Bolonia, 1994) y en el de Génova (2004) para adaptar sus planteamientos a los nuevos retos y necesidades sociales.
La presente Carta se fundamenta en la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966), en la Declaración Mundial sobre Educación para Todos (1990), en la Convención que se asumi…