En las tres últimas décadas se ha producido un notable desarrollo de los estudios sobre el potencial educativo del aprendizaje entre iguales, cuyos resultados son bastante prometedores tanto en el área afectiva y social como en el plano académico más tradicional (Johnson y Johnson, 1989; Kulik y Kulik, 1991; Slavin, 1995; Lou y col., 1996). Este rápido crecimiento se atribuye a dos razones. La primera, de índole teórica, tiene que ver con el auge del constructivismo social como marco explicativo del aprendizaje escolar. La segunda, de carácter práctico, se relaciona con el rigor q…