Los niños y las niñas utilizan y crean constantemente nuevos códigos y formas de relación que surgen de la espontaneidad fresca de su madura, aún, inmadurez. Es importante plantear la necesidad de ofrecerles opciones de expresión, a través de experiencias artísticas y lúdicas, que recojan su percepción directa de la realidad y permitan tomar conciencia de quiénes son y hacia dónde quieren caminar.