Trabajar la disciplina se ha convertido en una tarea ineludible del profesorado para la que debe sentirse preparado. Con independencia de si esta competencia profesional ha sido adquirida formalmente durante su formación inicial, lo cierto es que debe asumirla. La gestión de la disciplina escolar, sea concebida como sinónimo de control o como instrumento de formación, será determinante a la hora de establecer el rol adoptado por el docente, de acuerdo a la función del uso que haga de su poder ante el grupo de alumnos.