Reconocer la diversidad familiar es una necesidad de los centros educativos si estos quieren atender los derechos que tiene cualquier familia. Todas ellas deben ser reconocidas y contempladas libres de estereotipos y reticencias, como expresión de normalidad y no como un caso especial. Partiendo de las características y necesidades de cada familia, el centro educativo tendrá que buscar puntos de encuentro con cada una de ellas que permitan establecer acciones provechosas para cada niña y niño que se comparte.