La educación sentimental conlleva muchos de los rasgos que definen la división entre los géneros. Por ejemplo, hay sentimientos como la rabia, el enfado o la agresividad que se permiten de manera más laxa en la relación con los niños. Sin embargo, con el miedo sucede lo contrario: son las niñas las que pueden expresarse de manera más habitual a través este sentimiento. Igualmente, un mismo sentimiento, por ejemplo, el amor, se vive y se exterioriza de manera diferente si se trata de niñas o de niños.