La exclusión social se ha convertido en algo cotidiano, algo natural pero ajeno a nosotros, un hecho invisible que nos presenta a personas y colectivos marginados y segregados como culpables de su propia pobreza y relegación en nuestras sociedades. Este capítulo considera las diversas situaciones de exclusión social, así como las condiciones de desigualdad e injusticia, como generadoras de violencia, apostando por una cultura de la paz como principio y estrategia educativa para su abordaje y superación.