Lee cuanto tengas a mano, pero no creas todo lo que leyeres
Pedro Alfonso. S. XII
La hora de tutoría con alumnos y alumnas, desde que se gestó en la mente del teórico correspondiente y se instaló en la del político de turno, generó entre el profesado una tremenda desazón. Era un tema del que jamás se nos había examinado, sin contenido concreto ni sitio donde estudiarlo. Y además no suponía incremento alguno en los emolumentos. Porque lo de computarse como hora lectiva, el tiempo se encargó de demostrar que era un fiasco.
Sentida como un castigo para la mayoría de los docentes, el …