La acción educativa que pretende desarrollar una escuela, impulsada por una dirección comprometida, tiene como destinatario al alumnado. Sin embargo, es infrecuente que se cuente con su opinión de forma sistemática. Su parecer está condicionado por estereotipos, indicadores anecdóticos e influencias de otros colegas, y muchas veces no disponen de datos fiables que sostengan su opinión, pero sería interesante saber lo que sucede con sus perspectivas y sus visiones. En este capítulo se reflexiona sobre la proyección de la imagen de los directores y directoras en el espejo de los alumnos y alu…