La lengua forma parte de ese amplio conjunto de convenciones que son las instituciones sociales, y se conforma según los modos de hacer establecidos por la cultura. Es ésta una realidad incontrovertible sobre la que se ha insistido mucho desde Saussure: la lengua “es un producto social de la facultad del lenguaje” que “no existe más que en virtud de una especie de contrato establecido entre los miembros de la comunidad”, dejó dicho el maestro ginebrino (1916, pp. 51 y 58). Su comprensión no puede, pues, obviar esta dimensión fundamental que la caracteriza como un comportamiento de los…