‘El principito’ (Antoine de Saint-Exupéry) empieza pidiendo perdón a los niños y las niñas por haber dedicado su libro a una persona mayor. Con este artículo, podríamos pedir perdón a los niños y las niñas por haberlo escrito con la colaboración de los adultos. La cuestión es que lo han hecho con mucho cariño, delicadeza y respeto, lo que es de agradecer mucho.