Demasiado a menudo, familias y escuela se miran de reojo, entre la distancia o la indiferencia en el mejor de los casos, y el conflicto en el peor. Juicios mutuos e incomprensiones son reflejo de la frecuente falta de comunicación, aceptación y respeto mutuo, y acaban creando dinámicas viciosas que se retroalimentan. En este capítulo se propone un tipo de relación más madura y más colaborativa, basada en el vínculo, el reconocimiento del lugar de cada uno y de la competencia del otro y la búsqueda de soluciones compartidas.