A diferencia de la escritura, la comunicación oral es coreográfica: el orador está él mismo en el mensaje, porque junto a las palabras se expone a sí mismo, su carácter, su cuerpo, su gestualidad, su mirada…, y la efectividad de su alocución depende en buena medida de la percepción intuitiva que el público tenga de estos elementos del discurso. Por ello, este capítulo recoge el factor psicológico (la personalidad) y la comunicación no verbal (y los elementos que la componen) como muestra de que no sólo las palabras son relevantes en el discurso oral….