Marta, mi sobrina de tres años y medio, adora jugar a las palabras. Con ella cualquier momento es bueno para recrearse con los sonidos y los significados. Hay muchas horas de cuentos en su vida.
– ¡Vale!, juguemos: palabras que hay en casa. Empieza tú.
– ¡Películas! -responde Marta, eufórica y sorprendida por lo fácil que le ha resultado encontrar la primera respuesta-.¡Películas!
Su madre, una profesional de la educación infantil y preescolar, atenta a nuestro juego, arquea las cejas. ¡Películas!
Al cabo de un rato aparece Laura, su hija de dos años. La cojo en brazos y bailamos. …