Estudios en los campos de la psicología y la neurociencia cognitivas confirman que una explicación no es suficiente para consolidar un conocimiento nuevo. Si no se produce un cambio conceptual que modifique nuestra idea preconcebida existente, nuestro cerebro conservará la idea inicial, que le será útil para entender los fenómenos y la realidad que nos rodea, aunque sea falsa y errónea científicamente.