En este capítulo la autora reflexiona sobre las características individuales de los niños y su mundo social. Se abordan los principales elementos del cuidado diario, las relaciones con los compañeros, el entorno de crianza, la resistencia, el temperamento y la relación entre los beneficios que aporta la naturaleza y la educación. Además, se destaca que existen otras formas de cuidado diario como la presencia de tutores cariñosos, receptivos y bien formados.