En este capítulo, el autor aborda las fuentes primarias como elemento idóneo para fundamentar la enseñanza-aprendizaje de la historia desde una perspectiva científica. Trata específicamente las fuentes objetuales, las arquitecturales y artefactuales, las arqueológicas, las textuales, las iconográficas y cartográficas y las artísticas. Asimismo, plantea la respuesta a los siguientes interrogantes: ¿Qué entendemos por fuentes primarias? ¿Qué tipo de información nos pueden suministrar estas fuentes primarias? ¿y cómo podemos utilizarlas en el aula?…