Las instalaciones de juego son contextos lúdicos concebidos desde el encuentro y la intersección entre juego, arte y cultura. En estos espacios de relación, la infancia ha de tener la oportunidad de contar su propia historia y compartir ese relato, que es particular y universal, a través del juego. Son lugares de ensayo para los aprendizajes de la vida que desvelan la identidad del yo en el nosotros.