Ana tiene 3 años y medio. Es hija única de una pareja mayor. Espabilada, alegre, no para quieta un momento. Una joya para sus padres. Yo les conozco porque vienen a consulta de terapia familiar desde hace cinco meses. En la escuela no hace caso. La maestra la castiga después de una conducta de desafío, pero la niña dice en casa que no quiere ir a la escuela porque le dan miedo los animales que les enseñan. Esto y un poco de dolor de barriga consiguen que la madre ceda y la deje quedarse en casa.